Cómo se gestó
Escribir esta novela me llevó año y medio de documentación e investigación. Tan sólo construir una cronología clara del proyecto Manhattan me supuso meses. Aunque parezca increíble, la documentación existente describe por separado la evolución del proyecto en los Álamos, Clinton Engineer Works y Hanford site, y resulta extremadamente complicado ordenar los acontecimientos para los que no se indica fecha; solo se logra tras consultar infructuosamente cientos de documentos relacionados.
No sólo hay que conocer los hechos históricos, sino usos, costumbres, indumentarias, vehículos, coste de la vida, etc. He tratado por todos los medios de evitar caer en una incongruencia o un anacronismo, pero nadie está libre de pecado.
Puede dar la impresión de que escribir sobre acontecimientos acaecidos hace 80 años puede ser más fácil que sobre otros de hace 10 siglos, ya que dispones de una iconografía general gracias al cine y la cultura popular, si bien, justo por eso, resulta mucho más sencillo que un lector crítico te pille en un renuncio. Yo mismo he encontrado incoherencias en las novelas de grandes escritores amigos míos.
En mi caso, incluso recorrí virtualmente los parajes donde discurre con Google Maps, Google Earth y Sreeet View.
No me extraña que algunos populares novelistas históricos se queden anclados en una época.
En cuanto a mi fuente de sabiduría, para el proyecto Manhattan fue fundamentalmente el laboratorio de los Álamos; para el resto, de lo más variopinta. Por citar un ejemplo, la declaración de guerra la encontré en la biblioteca del congreso de los EEUU. Supongo que esta novela la ha hecho posible internet tanto o más que un servidor.
Y, todo este esfuerzo, para escribir luego una novela de suspense y aventura. Supongo que un sólo lector satisfecho hace que haya merecido la pena.
Comentarios
Publicar un comentario